jueves, mayo 27, 2010

Mar vanidad

La máxima resopló al calor ultravioleta
emergiendo en azuelo de las profundidades,

era el rumor de alguien que ocultaba el rostro,
que se iba de oídos hasta que un consejo lo supo:
no era más que otra hermosa fobia al mensaje.

En la ciudad del mar tambien hay cobardes
que al son del wet western apuñalan espaldas
y luego se encierran en sus mentes,
herramientas de lo invisible, gratis ennoblecidas.

En el tiempo presente nadie espera algo de alguien,
pero el doctor me aconsejó compartir,

yo os invito a mi posición de horizonte,
donde por la noche brillan azules normandos.

Beso

Ahí te saludo
Me dijo

Cuatro cerraduras
Y un minuto después

Me trajo su beso
De paranoia espumante.

martes, septiembre 30, 2008

Eras


Fue un reflejo de la mirada obtusa

Sin foco atado al extravío imaginario:


Te vi salir blanca de un halo del mar


¿Eras vos?

¿O solo mi deseo de que fueras vos?

¿Y estos versos que son?


Si son un témpano atragantado

Espero inmóvil el derretir del tiempo.


jueves, septiembre 18, 2008

Puente


La luna corre las estrellas a jirones,

Algunas alcanzan a desprenderse

En muertes dignísimas,

Para que mañana el rocío

Ostente temprano sus toques de flúor

En algún lugar del norte aquí

O del sur allá


En el recuerdo

El levantamiento

De hormigas por su comida,

Las dejábamos con vida porque

Respetábamos ciertos tipos de valentía


El arroyo recita su manifiesto,

Explica la razón de su anhelo,

Cree que nadie lo oye decir

Que deberían llamarlo Río

Al complacerlo

Vergonzoso calla y se hace el muerto,

Se permite fluir en bajada irresistible


En la oscuridad

Camino pateando ladridos

De perros fantasmas


La noche hace como que me lleva

Pero me deja con la vida atada

Enganchada y agonizante

Un rato más y para siempre


Los latidos de la carne

Hacen de la escritura en la oscuridad

Algo inmenso y expandido


Hay algo de trueque místico

En el placer de descifrar

Un misterio diminuto

A cambio de respetar

Un silencio gigantesco.

martes, septiembre 09, 2008

Al techo


¿Por qué escribir?

¿Qué ansias recónditas bullen con esta pereza?

Mudas las hojas desesperadas
Yo las miro
Salado y tibio
Esperando el descenso de muerte

Las piernas duermen
No podría pedirles nada
Con mis ronquidos
Manchados de suelo
Y ásperos de hielo

El techo maestro
Es un pedazo único
Cálido de arañas
Y de inmensidad labrada

Fingiré olvidar mi fobia
Bajo promesa de no desprenderme
Sobre el manto de todo aquello
Que por una vez es al mismo tiempo
Vacío y oscuridad.

lunes, septiembre 01, 2008

La cosa


Ella se presenta de repente en la noche

De gala en la madrugada espesa


Se contorsiona y se disuelve

Se hace curvilínea

Y desemboca en el río seco de la niebla


Así nomás

Como quien
no quiere la cosa
Discurre su cuerpo en el agua vacía.


domingo, agosto 24, 2008

Ojo de oro


Salgo flotando
Lo único que reconozco
Es un cielo angosto

Braceo sin representarme
Una idea de orilla

Un pez con plumas
Nada en el aire inmundo
Y el canto de sus branquias
Llega a navegaciones recónditas

No quiero dormirme

En la pesadilla recurrente
El monstruo volverá
Recostado en el encierro
De su zamarreo amanecedor


Frontera


Un enorme salón de hielo
A la hora enmudecida
Mutada inerte.

Los cuervos sobrevuelan
El círculo
De las presas
Congeladas.

Es un nirvana helado
Ni levantar la vista se puede
Para mirar el cielo cerrado
Por tranqueras
De almas
De muertos
De frío.


sábado, agosto 02, 2008

Mar II


Mucha agua y canciones sin nombre
Llegan a cimas doradas para escurrirse

Nada detiene al mar
No podríamos reclutar tantos ejércitos
Opacaría nuestra razón una guerra húmeda

Es azul
Es negro
Desbordado en inmensidades circulares

Pobre
También canta canciones y recuerdos
Y me imagino sus profundidades
Como una eterna despensa de tristezas.